Las asociaciones, organizaciones sociales y profesionales que suscribimos este manifiesto nos agrupamos en la Alianza por la Salud Alimentaria para demandar el desarrollo e implementación urgente de una política que revierta la actual situación.
En concreto, demandamos:
Ejecutivo y legislativo: el desarrollo de acciones urgentes orientadas a revertir la situación bajo Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional aprobada en 2016.
- La regulación estricta de la publicidad de alimentos y bebidas malsanas dirigida a la infancia, una normativa de obligado cumplimiento que prohíba las diferentes formas de publicidad de alimentos insanos dirigidas a la infancia.
- Establecer un etiquetado obligatorio para todos los productos alimenticios y bebidas que indique de manera sencilla y clara si contienen altas, medias o bajas cantidades de los ingredientes implicados en las enfermedades vinculadas a su consumo excesivo, en función de las recomendaciones de la OPS. Las etiquetas deben advertir claramente del riesgo que significa el consumo habitual de productos con altos contenidos de estos ingredientes.
- Prohibir el etiquetado de alimentos con menciones como “natural”, “artesanal” y otros queconsistan en fraude y que lleven a la confusión del consumidor, al mismo tiempo que generan una falsa diferenciación respecto a los productos verdaderamente producidos de esa manera.
- Garantizar que en los centros educativos existan opciones saludables de alimentación, y que exista un control efectivo de la publicidad y distribución de la alimentación malsana en todas sus formas dentro de los mismos, una normativa de obligado cumplimiento que elimine las formas de publicidad, promoción y distribución de alimentos malsanos en los centros educativos.
- Incluir medidas impositivas sobre los alimentos malsanos que permitan desincentivar su consumo, así como reducir los impuestos sobre las opciones alimentarias saludables, en particular productos frescos o con mínimos procesados. Para conseguir un impacto en la obesidad y en las enfermedades cardiovasculares es necesario aplicar un impuesto regresivo de al menos 20% a refrescos y bebidas azucaradas, que deberá ajustarse al nivel de inflación, como medida para asegurar que no pierda su efectividad con el paso del tiempo, y el impuesto debe calcularse por gramos o mililitros del producto. La finalidad de los recursos generados por los impuestos deben tener un destino a subsidios de familias pobres para:
- Aumentar la accesibilidad y disponibilidad de agua potable.
- Promover un cambio hacia el consumo de bebidas y comida saludables
- Mejorar la atención a la salud.
- Promover cambios en la agricultura e industria hacia comidas y bebidas saludables
- Garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria, priorizando el fomento del desarrollo de la agricultura y ganadería familiar, social, sostenible, orientada al derecho a una alimentación sana para el conjunto de la población, estableciendo para ello facilidades para la transformación y comercialización de este tipo de modelo de producción.
- Incorporar elementos en el ámbito educativo que actúen sobre el ambiente alimentario insano, actuaciones como introducir elementos de cocina y salud alimentaria en el ámbito curricular, comedores escolares de proximidad o los huertos escolares.
- Exigir al Estado que cumpla con el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna de la OMS/UNICEF, adoptando medidas que promuevan, protejan y apoyen la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses y la lactancia materna acompañada con alimentación adecuada, nutritiva y saludable hasta los dos años o más, y prohibiendo la promoción publicidad y patrocinio de los sucedáneos de la leche materna.